Alimentación en la primera infancia.

Cuando hablamos de primera infancia nos referimos a la franja de edad comprendida entre 1 y 3 años. En esta franja de edad es cuando se empiezan a instaurar los hábitos alimentarios de los niños y es necesario seguir ciertas pautas para que estos hábitos sean unos hábitos saludables.

Es importante también empeza a educar el paladar sobre todo favoreciendo que prueben frutas y verduras variadas. Para facilitar este proceso te voy a dar varios consejos básicos que podrás poner en práctica en tu casa si es que tienes niños pequeños.

La importancia de comer en familia.

Cuando los niños son pequeños solemos tender a darles de comer antes de comer los adultos para poder comer tranquilos. Es evidente que el ritmo al que comen los niños pequeños no es el mismo que el nuestro y además juegan con la comida y algunas veces hay que ayudarles, trocearles la comida e incluso darles a la boca. 

Aunque resulte más incómodo es importante comer con los niños porque la mayoría de lo que aprenden lo hacen por imitación y por eso es importante que nos vean comer. de esta forma aunque las comidas del niño estén preparadas de forma diferente, adecuada a su edad, podemos dejarles probar todo aquello que les llame la atención de nuestro plato.

No utilizar la comida como premio o castigo.

Esto es algo que muchas veces hacemos sin darnos cuenta. Las frases tipo si haces los deberes te doy chocolate o si te portas bien te compro un helado son muy habituales. con ello estamos favoreciendo que asocien alimentos o comidas hiperpalatables con satisfacción y buen comportamiento. Y no solo eso, solemos hacer lo contrario, asociar a castigo, aquellos alimentos que a los niños les resultan menos atractivos como pueden ser las verduras.

Deja que los niños ayuden a preparar la comida.

Puede parecer que entre 1 y 3 años los niños son demasiado pequeños para poder cocinar, pero si pueden ayudar a amasar, a empanar y a colocar los alimento por ejemplo en la bandeja para hornear. Por supuesto siempre bajo la supervisión de un adulto.

También es importante que ayuden a hacer la compra, pero no en un supermercado donde las tentaciones pueden llegar a volvernos locos, sino en una frutería donde pueden ayudar a escoger las frutas y verduras de la cesta de la compra.