Dietas disociadas.

Uno de los mitos nutricionales más extendidos son las teorías que dicen que no se deben mezclar ciertos alimentos o ciertos grupos de nutrientes. Esta es la base de las llamadas dietas disociadas y promueven sobre todo que no se deben mezclar hidratos de carbono con proteínas en la misma comida. Este tipo de teorías carecen de fundamento científico. Es sumamente dificil encontrar alimentos compuestos solamente por hidratos de carbono o solamente por proteínas.

Al comer, además, en nuestro sistema digestivo se mezcla todo lo que comemos por lo tanto parece que no tiene mucha lógica la prohibición de mezclar en el plato los hidratos de carbono con las proteínas.

Las personas que están a favor de este tipo de teorías y de las dietas disociadas lo hacen con el convencimiento de que funcionan sobre todo para la pérdida de peso. Esto es así porque la forma de organizar las comidas supone una importante restricción de la variedad de alimentos y por supuesto una reducción en la dieta de alimentos ultraprocesados en favor de alimentos más sencillos y naturales con los que es más fácil poderlos clasificar en función de su macronutriente principal.

El mayor problema de estas dietas y de la suposición de que es necesario separar hidratos de carbono y proteínas es que no es sostenible a largo por la enorme dificultad que conlleva. Al fin y al cabo se trata de una dieta restrictiva en la que unas veces se priorizan los alimentos con hidratos y otras los alimentos altos en proteínas.

En general se suele tender a abusar del consumo de proteínas ya que resultan mucho más saciantes que los hidratos de carbono.