Comer demasiado rápido engorda porque tragas aire.

Esta frase realmente es un mito aunque por otra parte podría tener algo de razón. Realmente cuando se come muy rápido es más fácil que se mastiquen poco los alimentos, que se trague aire y que la comida no nos siente muy bien y eso puede provocar cierta inflamación después de comer. Y también cierta sensación de mala digestión o de que la comida no sienta bien del todo.

Pero lo importante es que en realidad el aire no engorda, no tiene calorías, pero si puede provocar cierta hinchazón momentánea.

Por otro lado las personas que comen muy rápido sí es verdad que tienen una mayor tendencia a aumentar de peso, pero no por ingerir aire mientras comen sino porque es muy probable que tengan una mala regulación de la sensación de saciedad y de hambre y por lo tanto estén ingiriendo mayor cantidad de alimentos de los que realmente necesitan.

¿Cuanto tiempo se debe dedicar a comer?

El tiempo que dedicamos a las comidas principales puede ser variable ya que no es lo mismo un desayuno rápido de un café que sentarse a desayunar una tostada y una pieza de fruta pero hay algo que sí deberíamos tener en cuenta sobre todo cuando las ingestas, lo que se come es más abundante, como por ejemplo en la comida del mediodía.  Debemos dedicar a la comida el tiempo suficiente para que la señal de saciedad llegue de nuestro estómago al cerebro y según dice la ciencia esa señal tarda alrededor de 20 minutos en producirse.

Así que si comemos deprisa y corriendo o no nos sentamos con suficiente tiempo a comer no vamos a dar tiempo a que esas señales actuen adecuadamente y no nos sentiremos llenos.

Por otra parte aquellas personas que comen acompañadas y que terminan siempre los primeros es muy probable que se vuelvan a servir porque ven que los demás siguen comiendo. Así que ese aumento de la ingesta sí puede hacer engordar a una persona que come rápido de manera habitual.